A la danza se le conoce con el nombre de las Zaragozas y posee una trascendencia devota porque incluye desfiles, súplicas y bailes acompañados por un conjunto sonoro que interpreta merengues larenses.
Se hace muestra de la conducta festiva de los enmascarados, la música, el baile, los excesos, la alegría, el vestuario y la inversión de roles, propios del carnaval.
Anteriormente estos bailadores eran temidos por niños y adultos gracias a las malas acciones que realizaban, invadiendo casas y robando comida.
Para una parte de la sociedad ése día es considerado como un día de locos, sin embargo es una de las festividades que más atrae a los exploradores y hoy día constituye una viva expresión de la idiosincrasia sanareña.
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